Guía para elegir el mejor cargador doméstico para coches eléctricos
Contar con un cargador doméstico adecuado es clave para disfrutar de la comodidad de recargar tu coche eléctrico en casa. A diferencia de los enchufes convencionales, los cargadores específicos ofrecen más potencia, mayor seguridad y funciones inteligentes que facilitan la gestión de la energía. En esta guía encontrarás los criterios principales para escoger el modelo que mejor se adapte a tus necesidades y entenderás si merece la pena hacer esta inversión.
En qué fijarse a la hora de elegir el mejor cargador para el coche
Antes de tomar una decisión, es importante tener en cuenta más de un aspecto del cargador para tener la certeza de estar eligiendo el más adecuado.
Lo primero es la potencia, medida en kilovatios (kW), que determina la velocidad de recarga. En general, un cargador doméstico ofrece entre 3,7 kW y 22 kW:
- 3,7 kW (monofásico): añade unos 15–20 km de autonomía por hora. Ideal si no recorres muchos kilómetros diarios.
- 7,4 kW (monofásico): suma alrededor de 30–40 km por hora de carga. Es la opción más habitual en viviendas unifamiliares.
- 11–22 kW (trifásico): entrega más de 50 km por hora. Requiere instalación de tres fases y tarifa eléctrica adecuada.
Piensa en tu patrón de uso: si cargas cada noche y recorres menos de 100 km al día, con 7,4 kW bastará. Si tu desplazamiento diario es mayor o necesitas recargas rápidas, un modelo trifásico puede justificar el coste adicional.
En Europa, el estándar más extendido es el conector Tipo 2 (Mennekes). Asegúrate de que el cargador tenga toma fija o cable compatible con este estándar. Algunos vehículos más antiguos o importados usan otros tipos (CCS, CHAdeMO), pero el Tipo 2 cubre la mayoría de los coches vendidos actualmente. Verifica siempre que la potencia soportada por el conector coincida con la del cargador y del vehículo.
En cuanto a la instalación eléctrica, hay que tener en cuenta que podemos estar hablando de monofásica y trifásica. La monofásica es más sencilla y económica, ya que sólo se necesita un circuito de 230 V y la capacidad que permita tu cuadro eléctrico. Pero la trifásica, para potencias superiores a 7,4 kW., es la ideal si tu hogar ya dispone de suministro trifásico, ya que podrás aprovechar cargadores de 11 o 22 kW. Ten en cuenta que la instalación será más cara y requerirá adaptación del cuadro eléctrico.
Ten en cuenta que un cargador debe contar con certificados de seguridad (CE, IEC 61851) y protección frente a sobreintensidades, fugas a tierra y sobretensiones. Es importante buscar siempre dispositivos con diferencial tipo A o B integrado, protección contra sobretensiones, sistema de corte automático en caso de fallo y protección IP54 o superior, resistente al polvo y las salpicaduras.
Los cargadores “smart”, como los cargadores inteligentes para coches eléctricos WOLTIO, ofrecen ventajas adicionales, como la posibilidad de programar las horas de carga para aprovechar las tarifas valle o la energía renovable, tener el control remoto desde una app para controlar los principales parámetros de la carga y monitoriza el consumo.
Si te interesa gestionar mejor tu factura eléctrica, estas funciones son muy útiles. Sin embargo, su precio suele ser algo superior al de los modelos básicos.
La longitud del cable y el diseño tienen mucho que ver a la hora de elegir el cargador adecuado. Pensemos por un momento en la distancia entre el punto de instalación y el punto de carga del coche. Los cables estándar miden entre 5 y 7 metros, pero hay modelos con cable fijo o enchufe para que elijas la longitud que necesites. Un cable excesivamente largo puede resultar engorroso, mientras que uno demasiado corto puede limitar el acceso al vehículo.
En España y en buena parte de Europa existen subvenciones y descuentos para la compra e instalación de puntos de recarga doméstica. Sería interesante consultar los programas de tu comunidad autónoma, ayuntamiento o distribuidora eléctrica. Habitualmente cubren entre el 30 % y el 50 % del coste total, lo que reduce significativamente tu inversión.
¿Es recomendable apostar por un cargador para el coche?
Instalar un cargador doméstico tiene múltiples ventajas frente a recargar en un enchufe convencional o depender exclusivamente de puntos públicos de carga:
- Seguridad: los enchufes domésticos no están diseñados para cargas prolongadas a alta potencia. Usarlos puede provocar sobrecalentamientos y fallos. Un cargador homologado garantiza protección eléctrica constante.
- Rapidez: con un cargador de 7,4 kW cargas tu coche en la mitad de tiempo que con un enchufe normal. Si eliges 11–22 kW, el ahorro de tiempo es aún mayor.
- Comodidad: enchufar el coche al volver a casa y disponer de batería cargada al día siguiente es una gran ventaja. Olvidas las esperas en puntos públicos y planificas tus recorridos sin estrés.
- Ahorro en la factura: gracias a la programación de carga, puedes aprovechar las horas valle y reducir el coste del kWh.
- Valor de la vivienda: disponer de punto de recarga en garaje o parking puede aumentar el atractivo de tu vivienda para futuros inquilinos o compradores.